En una entrevista con Bloomberg, la ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera ha vuelto a reafirmarse en su intención de reformular el impuesto a las energéticas para convertirlo en un incentivo para que estas empresas inviertan en España en lugar de en otros países en los que este impuesto no existe.
El impuesto extraordinario que el Gobierno impuso a la banca y a las empresas del sector de la energía en España se va a reformular, y el nuevo diseño se presentará «en próximas semanas», según ha destacado Teresa Ribera. Ribera plantea la posibilidad de que el nuevo impuesto se rediseñe como un incentivo para invertir en proyectos de energía en España, después de que varias de las grandes empresas multinacionales del sector, como Repsol, hayan expresado sus quejas ante un impuesto extraordinario que no existe en otros países.
Según ha explicado Ribera, se está considerando un nuevo sistema que «permitirá a las empresas invertir parte de sus beneficios, o contribuir con impuestos», señala. «Estamos tratando de convertir esta contribución extraordinaria que venía de los beneficios caídos del cielo hacia algo que pueda incentivar las nuevas inversiones en energía», explica Ribera. Según sus cálculos, España necesitará «unos 30.000 millones de euros en inversiones en energía» y la ministra espera conseguirlos hablando de beneficios caídos del cielo y reformulando impuestos en vez de facilitar las inversiones.
El contexto de precios de la energía es ahora muy distinto al que había cuando se planteó la tasa, con los precios moviéndose en el entorno de los 2 euros el MW/h a finales del mes de febrero, frente a los más de 540 euros que se llegaron a pagar en el año 2022. Las empresas del sector llevan meses pidiendo al Gobierno detalles sobre sus planes para esta tasa, y algunas, como Repsol, han insistido en la necesidad de fomentar las inversiones en nuestro país con un marco regulatorio que impulsase este proceso, además con reconocer que se plantearían inversiones en otros países.