El Banco de España advierte de que una grave sequía restará 1.900 millones al PIB

El propio Banco de España ya tiene sus estimaciones, y no son nada optimistas. El gobernador Pablo Hernández de Cos aseguró en un foro organizado este viernes por el Círculo de Economía de Mallorca que una sequía grave o una ola de calor severa podría restar 1,3 puntos porcentuales de PIB a España a fin de siglo, lo que -con los niveles de PIB del 2023- serían 1.900 millones de euros.

Otros efectos que comentó De Cos serán el aumento de 1,5 puntos en la inflación respecto al escenario central que maneja el Banco de España y la caída del 4,2 % en el precio de la vivienda. «La mayor parte del impacto persistiría a lo largo de un horizonte de tres años. El consumo de capital bancario en este escenario adverso se explica principalmente por el aumento de las pérdidas por deterioro y la menor generación de ingresos netos, en línea con la disminución de la actividad económica», señaló, aunque dejó clara la «incertidumbre» que genera el cambio climático y su impacto económico.

El efecto será muy diferente por sectores, dependiendo sobre todo de su exposición a las condiciones meteorológicas. Según las previsiones del Banco de España, los sectores más afectados en términos de valor añadido, serían la agricultura, la construcción, las industrias extractivas, la silvicultura y la pesca, así como los relacionados con el transporte. De Cos aseguró que el crédito a las actividades agrícolas se reduciría en torno a 25 puntos básicos en 20 años tras un aumento de un punto porcentual en el índice de aridez.

El sector financiero, muy expuesto

Y es que el sector financiero se encuentra «muy expuesto» a los riesgos climáticos al financiar a otros sectores. De hecho, en su ejercicio, el impacto de una sequía u ola de calor severas tendrá también su impacto en las ratios de solvencia, con una reducción de 0,2 puntos porcentuales en la ratio de CET1 de las entidades españolas.

Y en cuanto a la desertificación y su impacto sobre el crédito a empresas, el Banco de España concluye que la mayor aridez se asocia a un menor volumen de crédito a sociedades no financieras. En concreto, un aumento del índice de aridez de un punto porcentual se asocia a una caída de 20 puntos básicos en el volumen de crédito a largo plazo, si bien es necesario un período de tiempo de entre diez y quince años para que este efecto sea estadísticamente significativo, según explicó De Cos.

La agricultura sería el más afectado, ya que el crédito a estas actividades se reduciría en torno a 25 puntos básicos a lo largo de un período de 20 años tras un aumento de un punto porcentual en el índice de aridez.

Por el contrario, el sector turístico español ha demostrado ser relativamente inmune a la aridez en términos agregados, logrando equilibrar los efectos de mayores temperaturas y menos lluvias.

«En todo caso, debemos ser cautelosos a la hora de extrapolar estos resultados a futuro, pues podrían producirse efectos no lineales negativos si el proceso de desertificación continúa y se superan determinados umbrales de aridez», ha trasladado.

Otro estudio del Banco de España muestra que los incendios también influyen al crédito concedido por el sector bancario a las empresas afectadas. En concreto, este se reduce en torno a un 6% en comparación con el otorgado a empresas de características similares que no se han visto afectadas por este fenómeno.

En cambio, otro análisis sobre inundaciones, muestra que la exposición actual de la cartera hipotecaria de las entidades a riesgo por inundación en España es «limitada».

MAR MENOR

El supervisor también ha llevado a cabo un análisis sobre una degradación medioambiental severa, concretándolo en el caso del Mar Menor. El documento muestra que una vez que los ciudadanos fueron conscientes del problema medioambiental que aqueja el Mar Menor se produjo «un impacto significativo» en el valor de las viviendas en las zonas colindantes.

«La percepción del deterioro, que ocurrió con un retraso con respecto a la degradación real, se hizo patente en el aumento del número de ‘tweets’ con connotaciones negativas desde 2015, y también en el número de noticias negativas sobre el Mar Menor», ha explicado Hernández de Cos.

El resultado es que la rentabilidad de la inversión en vivienda fue un 43% inferior en los alrededores del Mar Menor que en zonas circundantes comparables en el período entre 2015 y 2021, período de seis años a partir del momento en el que la laguna empezó a reflejar el impacto de la degradación del ecosistema.

«Este diferencial de rentabilidad negativo representa una pérdida total de riqueza inmobiliaria de más de 4.000 millones de euros, una cifra alrededor de diez veces superior a las ganancias generadas por el propio cambio de cultivos de secano a agricultura de regadío que fue el origen de la fragilidad de este ecosistema», ha expuesto.

De esta forma, el gobernador del Banco de España ha alertado de los «elevados costes» de no ajustar, a nivel global, la senda actual de emisiones de gases de efector invernadero, así como retrasar la acción en esta materia.

«Debería adoptarse una estrategia de mitigación ambiciosa, temprana, ordenada y predecible para abordar el cambio climático. Esta estrategia debería ser, además, global para ser eficaz», ha pedido en sus conclusiones.

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