Una primavera cálida y con un régimen de lluvias normal es la predicción de la AEMET para los próximos meses en Catalunya, inmersa en uno de los episodios de sequía más graves en lo que va de siglo y que ha obligado a severas restricciones en el área Metropolitana de Barcelona y en otros municipios. Pese a que el frente de lluvias y nieve del pasado fin de semana ha dado un respiro, las precipitaciones siguen siendo totalmente insuficientes para mejorar los embalses.
Según explican los expertos de la agencia estatal, para revertir la sequía en Cataluña podría bastar con dos o tres episodios como los que se produjeron con la borrasca Gloria en 2020, con precipitaciones de más de 100 litros por metro cuadrado o también si hubiera diferentes episodios como los del pasado fin de semana, con lluvias de entre 40 y 80 litros por metro cuadrado, de forma persistente. Pero de momento no se vislumbran fenómenos de estas características.
Las reservas de las cuencas internas han crecido sólo medio punto porcentual y están en el 14,6%, aún por debajo del 16% para desactivar la fase de emergencia por sequía. según la AMET, lo que se espera es una primavera lluviosa, pero dentro de los valores normales de una de las épocas, junto con el otoño, más lluviosas del año, pero que, sin embargo, mantiene una gran incertidumbre sobre el futuro de la sequía.
Para las próximas semanas y meses, si todo evoluciona según las previsiones, habrá las lluvias esperables para esta época de año. Además de las lluvias que puedan llegar, otro factor a tener en cuenta de cara a las reservas de agua es el deshielo de la nieve que ha caído en estos últimos días, aunque se traducirá en un pequeño aumento en las Cuencas internas de Cataluña ya que hay más nieve acumulada en el Pirineo de Lleida que en el Oriental, donde están las cuencas del sistema Ter-Llobregat, donde la cantidad de nieve está por debajo de la media. Asimismo, las temperaturas elevadas, como se esperan en primavera, favorecen la evaporación de la nieve, por lo que queda menos agua para el deshielo que acabe en los ríos. Si la subida de temperaturas se produce sin lluvias, la situación va a empeorar.